miércoles, 21 de septiembre de 2022

GRACIA TRANSFORMADORA, 2 Crónicas 7:10

GRACIA TRANSFORMADORA, 2 Crónicas 7:10

Y a los veintitrés días del mes séptimo envió al pueblo a sus hogares ,alegres y gozosos de corazón por los beneficios que Jehová había hecho a David, y a Salomón, y a su pueblo Israel.
2 Crónicas 7:10

Después de esos días congregados en celebración de la inauguración del templo, en sacrificios, alabanza y adoración, el pueblo volvía a su casa, cada cual de donde vino, pero no como vinieron, sino esta vez llenos de gozo y fortaleza por la gracia de Dios y por la gloria de Su presencia.

Es que la gracia de Dios no deja indiferente a cualquiera que se tope con ella y, aunque vemos desde la perspectiva del Nuevo Pacto, en tiempos veterotestamentarios Dios también dejaba caer Su gracia a los hombres.

Y a la vista está, de cuán gozoso estaba el pueblo de Dios tras la celebración del templo de Salomón, por Su gloriosa presencia.

Y así de transformadora es Su gracia, que de un anciano Abram sin hijos hizo a Abraham, el padre de las naciones, a quien tenía por amigo.

Tocó Dios a Jacob, el suplantador, y con Su bendición lo transformó en Israel, sanando su pasado y poniéndolo por nombre de Su nación.

¿Quién hay, en todo el relato Bíblico, que haya experimentado la gracia de Dios y no se haya evidenciado un cambio en su vida?

Ni aún Jonás, el que quería huir de Su presencia, ni siquiera Sansón, el que vivió la vida a su manera... La gracia les alcanzó, e igualmente sus vidas fueron transformadas de grandes decepciones a grandes ejemplos del poder de Dios y de Su irrevocable y poderosa palabra.

Tanto así que Jonás fue nombrado por Jesús como señal de Cristo a los fariseos, por cuanto murió y resucitó al tercer día, así como el profeta fue tragado por el pez y escupido a los tres días.

"El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches."
Mateo 12:39-40

Cumplida la señal que confirmaba la palabra del Señor, Jesús murió, fue sepultado y al tercer día, resucitó.

Resucitado, y anulando con ello a la acción del pecado y de la muerte en todo hombre que en Él cree, ascendió a la diestra del Padre, no sin antes compartir por cuarenta días más Su presencia con Sus discípulos.

Y allá estaban Sus discípulos, viéndolo ascender junto al Padre, y quienes aún esperarían el cumplimiento de otra promesa, la del Espíritu Santo.
"He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto."
Lucas 24:49

Diez días congregados en el aposento alto en espera ininterrumpida en ayuno y oración precedieron a la mayor obra transformadora de la gracia de Dios sobre los hombres, con el poder y la morada del Espíritu Santo en cada uno de los que allá estaban.

A partir de entonces, el Espíritu Santo viene a morar en todo aquel que cree en Jesús y se arrepiente de sus pecados.

Así como el pueblo de Dios fue transformado y lleno de gozo al salir de la inauguración del templo, los ciento veinte del aposento alto no volvieron a ser los mismos de antes nunca más, y pasaron a formar parte del nacimiento y fundación de la Iglesia de Cristo, de la cual Él es cabeza.

Transformación radical que no solamente experimentaron ellos, sino cada cual arrepentido y reconocedor de Jesús como Señor y Salvador suyo.

El gozo que Dios da al creyente en Cristo no es una felicidad momentánea, no se pierde con la adversidad, y como muestra tenemos a los apóstoles, que fueron los primeros en sufrir el evangelio en su carne y he aquí su respuesta.

"Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo."
Hechos 5:40-42

¿Quién en su carne podría sentir gozo después de haber sido arrestado, azotado y además, amenazado por su conducta?

Mas la razón del azote era Cristo y el origen del gozo el Espíritu Santo en ellos. Un gozo que sobrepasa todo entendimiento.

Por lo que podemos entender que cada queja que sale de nuestra boca o aún formándose en el pensamiento, no es digna de ninguna consideración espiritual, sino que proviene de la debilidad de nuestra carne, y no dejamos que el gozo recibido en Cristo reluzca por encima de nuestra protesta para dar testimonio de Su salvación y Su gracia transformadora.

¿Qué gracia transformadora mostraremos al incrédulo si no dejamos que nuestra identidad se evidencie por el gozo ante la adversidad, el cual es fruto del Espíritu?

Por ende, hoy haremos bien en acogernos al buen consejo de Pablo a los hermanos, desesperanzados y llenos de dudas, de Tesalónica, y que es voluntad de Dios:

"Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús."
1 Tesalonicenses 5:16-18

















No hay comentarios:

Publicar un comentario

ACTITUD VICTORIOSA, 2 Crónicas 20:15-17

ACTITUD VICTORIOSA, 2 Crónicas 20:15-17 Y dijo: Oid, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén , y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: N...