domingo, 1 de enero de 2023

DECISIONES Y CONSEJOS, 2 Crónicas 18:1-17

DECISIONES Y CONSEJOS, 2 Crónicas 18:1-17

"Y dijo Acab rey de Israel a Josafat rey de Judá: ¿Quieres venir conmigo contra Ramot de Galaad? Y él respondió: Yo soy como tú; y mi pueblo como tu pueblo; iremos contigo a la guerra. Además dijo Josafat al rey de Israel: te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová. Entonces el rey de Israel reunió a cuatrocientos profetas, y les preguntó: ¿Iremos a la guerra contra Ramot de Galaad, o me estaré quieto? Y ellos dijeron: Sube, porque Dios los entregará en mano del rey. Pero Josafat dijo: ¿Hay aún aquí algun profeta de Jehová, para que por medio de él preguntemos?"

"Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Haz venir luego a Micaías hijo de Imla."

"Dijo Micaías: Vive Jehová, que lo que mi Dios me dijere, eso hablaré. Y vino al rey."

"Entonces Micaías dijo: He visto a todo Israel derramado por los montes como ovejas sin pastor; y dijo Jehová: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno en paz a su casa. Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te había yo dicho que no me profetizaría bien, sino mal?"
(2 Crónicas 18:3-6, 8, 13, 16 y 17)

Continuamos leyendo sobre el reinado de Josafat, por el capítulo dieciocho, donde el cronista nos habla de su emparentamiento con Acab, el rey de Israel.

Acab ha pasado a la historia por ser el peor rey de Israel. Éste es el que tenía por mujer a Jezabel y llevó todo su reinado influenciado por ella.

(Los hijos de estos dos reyes eran prácticamente de la misma edad, por lo que Josafat pactó con Acab el matrimonio entre ambos.)

Y el relato que va a narrar después de mencionar ésto, inicia con la visita de Josafat al rey de Israel. Acab lo recibe con un buen banquete de bienvenida, ocasión perfecta para convencerle de que se uniera con él en lucha contra Ramot de Galaad.

No le costó mucho convencerlo, pues Josafat aceptó casi al momento y de forma unilateral, esto es, sin consultar antes con Dios al respecto.

Seguidamente leemos que Josafat sí le pide a Acab que consulte a Dios, ya no tocante a su colaboración, sino a si debían o no salir en ataque contra Ramot de Galaad.

A lo que hace llamar a cuatrocientos de sus profetas, quienes auguraron todos a su favor.

Detectando Josafat que éstos no eran profetas del Señor, y por solicitud suya, Acab acaba trayendo a Micaías, muy a regañadientes, pues éste sí le profetizaba según lo que Dios le daba a decir, que siempre acababa siendo lo contrario a lo que el rey de Israel deseaba escuchar.

Y en este caso no fue distinto, así que Micaías profetizó en su contra.

A veces nos ocurre que tomamos decisiones sin tener en cuenta a Dios, pensando que hacemos un bien, como hizo Josafat al querer ayudar a Acab.

Una vez enrolados en nuestra decisión buscamos consejo de Dios, pero a veces lo buscamos en lugares equivocados, igual que Josafat, pudiendo él mismo consultar con Dios, le va a pedir a Acab que lo haga él, éste que precisamente había echado a todos los profetas del Señor fuera de su reino.

Después de escuchar tanto consejo, puede ser que nos suceda como Josafat, que se percató de que ninguno de esos profetas eran del Señor, y mandara a traer a uno que sí lo fuera.

Ese es el día que realmente buscamos el consejo divino, el que nos guía a toda verdad, revelándonos a través de éste cuál es la voluntad de Dios con respecto a la situación en la que nos encontramos, la cual será más bien desfavorable si es que estamos donde estamos por nuestra propia decisión.

Asimismo Josafat pudo entender claramente que Dios no estaba de acuerdo con que Acab y Ramot de Galaad se enfrascaran en una batalla, pues a consecuencia de ésta el rey de Israel saldría perdiendo.

Durante el pasaje reflexionado hoy hallamos que Dios no avala nuestras decisiones tomadas unilateralmente y que si buscamos consejos en el lugar equivocado, por muy favorables que éstos parezcan, no serán verdaderos ni conforme a la voluntad de Dios.

No será la primera vez que nos haya ocurrido como a Josafat.

Pues, ¿cuántas veces nos enfrascamos en situaciones que no nos competen sin consultar primero cuál sea la voluntad de Dios?

Igualmente, ¿cuánto tiempo habremos perdido a veces de mal en mal consejo, por no buscar directamente en la palabra de Dios?

Hoy es día de meditar cuántas son las decisiones que tomamos a diario por nuestra propia cuenta y cuáles son las que hemos sometido de antemano a la voluntad de nuestro Padre celestial.

Porque más de un disgusto nos ahorraremos cuando sea el Señor guiando nuestros pasos, retengamos en la memoria este sabio consejo.

"Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados."
Proverbios 16:3



















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